lunes, 13 de agosto de 2012

Sábados en Raíces a las 21hs.

                                                SONO DIO!
Versión libre de la obra He visto a Dios de
Francisco Defilippis Novoa
http://sonnodio.blogspot.com.ar/


Dramaturgia: Antonio Germano y Nerio Tello
Actúan: Antonio Germano y Nerio Tello
Ambientación: Nerio Tello
Dirección: Jorge Hacker
Sábados 18 y 25 de Agosto, y 1 de setiembre.

Sobre “He visto a Dios”
He visto a Dios de Francisco Defilippis Novoa es un ejemplo de “sainete agrotescado”, un sainete que incluye procedimientos de grotesco en algunos niveles de la estructura de su poética, pero no constituye una poética grotesca en su unidad (como sí es el caso de Stefano de Armando Discépolo). Además, He visto a Dios, subtitulado Misterio moderno, expresa la voluntad de Defilippis Novoa de incluir en el sainete elementos que provienen de otros contextos teatrales, especialmente de la modernización europea de las primeras décadas del siglo: simbolismo, expresionismo, realismo poético, teatralismo y otras formas expresivas de la “vanguardia teatral”.  Lejos del grotesco criollo, He visto a Dios se acerca a las piezas educativas de evangelización y doctrina, aunque el carácter abierto de sus afirmaciones existenciales y metafísicas no está puesta al servicio de la ilustración de ningún dogma particular. Este espíritu presente en toda su obra, constituye parte fundamental de una poderosa vertiente que permite releer el teatro nacional desde su preocupación por lo espiritual, la metafísica y lo sagrado. (Jorge Dubati)

Sono Dio (He visto a Dios) y el humor grotesco
La presencia de las colectividades extranjeras (sobre todo, la italiana) y su intento por adaptarse a un nuevo país, quedó plasmada por el teatro en dos géneros, el sainete  y el grotesco.
El sainete es una comedia de conventillo, de espacios abiertos (los patios) y de humor simple y desenfadado;  el grotesco, en cambio,  es un drama de interiores, surcado por un humor a veces ácido, muchas veces irónico, siempre efectivo e inteligente.
El grotesco tuvo su auge hacia las primeras décadas del siglo XX pero prolongó su influencia hasta el presente. Género típicamente argentino, se destaca por un humor de contexto que emerge en la oscuridad de las habitaciones del conventillo. La parodia, la burla grosera, el sinsentido y el absurdo se dan cita en este formato que se mueve entre la tragedia y la comedia.
La versión de Sono Dio, basada en uno de los mejores grotescos He visto a dios, de F. Defilippis Novoa,  acentúa el humor y la parodia, e incorpora elementos del teatro callejero (a través de dos cómicos ambulantes), recreando el fenómeno del teatro dentro del teatro.

Sobre esta versión
La idea central de esta versión parte del concepto de deconstrucción del texto dramático, para llegar a sus unidades mínimas. Eliminar lo aleatorio y concentrarse en el centro del drama, que bien podría considerarse un grotesco. Un continum donde la fatalidad, la miseria y la muerte están matizadas por curiosas escenas paródicas no exentas de humor ácido y hasta cruel.
Es versión cambia el marco escénico con el sentido de acrecentar aún más la contradicción del drama y llevar la representación a un juego de teatro dentro del teatro. Dos hombres que viven en la calle, refugiados ocasionalmente en un subterráneo, ofrece a los transeúntes un espectáculo sobre un hombre rico que devino en pobre; un hombre miserable que devino, merced a la pérdida y el dolor, en hombre santo.
¿Esos seres marginados cuentan su propia historia? Podría ser. Esos seres marginados –refugiados en un submundo invadido por ruidos metálicos-, con una forzada simpatía intentan ganar el favor del público (de ellos viven, estos personajes, y los propios actores ¿son actores haciendo de marginales o son marginales haciendo de actores? Son actores haciendo el papel de marginados que a su vez cumplen el rol de actores en una vuelta dialéctica de extraña resolución). Con un vestuario que contienen una marca decididamente clownesca, anuncian y representan el drama del protagonista de He visto a Dios, de Defilippis Novoa, y proponen fracturas permanentes donde ambos seres, los Clowns, salen y entran en sus papeles en un proceso de construcción a vista del público. Este proceso implica crear la magia mostrando los hilos del mago, mientras el drama crece.
Esta versión recupera los pasajes centrales de una obra con una estructura dramática perfecta y personajes sutilmente delineados sobre una temática (inmigración, sacrificios y mezquindades, la vida fácil y la muerte prematura) que se muestra totalmente vigente aúncuando el color de los personajes aparezca fuera de tono en un mundo que ha cambiado radicalmente desde aquellos años 20, cuando que el autor imaginó la acción.
Esta versión recupera y acentúa el humor a veces ácido y otras, ingenuo. E intenta replantear el debate que instalan los personajes, sobre un Dios que premia y castiga, y que a veces, envía mensajes incomprensibles a los hombres. O tan claros, que la mezquindad humana intenta difuminar.



Actor y dramaturgista
Antonio Germano es actor, director y autor dramático. Ha realizado más de 50 montajes en casi todo el país. Ha sido representante de Santa Fe ante el Instituto Nacional de Teatro. El espectáculo Marat-Sade, de Peter Weis, bajo la dirección de Germano, fue elegido entre los mejores 10 montajes de la década pasada por la Comedia Cordobesa.

Actor y dramaturgista
Nerio Telloes actor, director y autor dramático. Además es escritor y periodista. Ha participado en una treintena de obras en calidad de actor. Su obra El viajero remoto es premio Instituto Nacional del Teatro (1998). Como director en 2011 estrenó Extraño Juguete de Susana Torres Molina. Es autor de los textos y responsable de la dirección de Siesta, a estrenarse en marzo de 2012, con la actuación de Lucrecia Carrillo.


Director
Jorge Hacker. Director y maestro de arte dramático, premio Molière l974, enseñó y dirigió en las universidades de Buenos Aires, París y Nueva York. Director del Teatro de la Alianza Francesa, es actualmente profesor de Dirección de Actores en la Universidad del Cine (1992 – 2011) Contador Público .Traductor Público y Literario de teatro, ensayo y poesía, en alemán, inglés y francés, entre ello, la poesía completa de Bertolt Brecht, algunas de sus obras, también Shakespeare, Ionesco y Wesker.

El autor
Francisco Defilippis Novoa (1889 - 1930) dramaturgo y realizador argentino, mejor recordado como el director de Flor de durazno, film debut del cantante y actor Carlos Gardel. Escribió unas 30 obras, entre las que destacan Tu honra y la mía (1925), María la tonta (1927) y He visto a Dios (1930). Defilippis Novoa murió en 1930, cinco meses tras el estreno de su última y mejor obra.

Sobre “He visto a Dios”
He visto a Dios de Francisco Defilippis Novoa es un ejemplo de “sainete agrotescado”, un sainete que incluye procedimientos de grotesco en algunos niveles de la estructura de su poética, pero no constituye una poética grotesca en su unidad (como sí es el caso de Stefano de Armando Discépolo). Además, He visto a Dios, subtitulado Misterio moderno, expresa la voluntad de Defilippis Novoa de incluir en el sainete elementos que provienen de otros contextos teatrales, especialmente de la modernización europea de las primeras décadas del siglo: simbolismo, expresionismo, realismo poético, teatralismo y otras formas expresivas de la “vanguardia teatral”.  Lejos del grotesco criollo, He visto a Dios se acerca a las piezas educativas de evangelización y doctrina, aunque el carácter abierto de sus afirmaciones existenciales y metafísicas no está puesta al servicio de la ilustración de ningún dogma particular. Este espíritu presente en toda su obra, constituye parte fundamental de una poderosa vertiente que permite releer el teatro nacional desde su preocupación por lo espiritual, la metafísica y lo sagrado. (Jorge Dubati)

Sono Dio (He visto a Dios) y el humor grotesco
La presencia de las colectividades extranjeras (sobre todo, la italiana) y su intento por adaptarse a un nuevo país, quedó plasmada por el teatro en dos géneros, el sainete  y el grotesco.
El sainete es una comedia de conventillo, de espacios abiertos (los patios) y de humor simple y desenfadado;  el grotesco, en cambio,  es un drama de interiores, surcado por un humor a veces ácido, muchas veces irónico, siempre efectivo e inteligente.
El grotesco tuvo su auge hacia las primeras décadas del siglo XX pero prolongó su influencia hasta el presente. Género típicamente argentino, se destaca por un humor de contexto que emerge en la oscuridad de las habitaciones del conventillo. La parodia, la burla grosera, el sinsentido y el absurdo se dan cita en este formato que se mueve entre la tragedia y la comedia.
La versión de Sono Dio, basada en uno de los mejores grotescos He visto a dios, de F. Defilippis Novoa,  acentúa el humor y la parodia, e incorpora elementos del teatro callejero (a través de dos cómicos ambulantes), recreando el fenómeno del teatro dentro del teatro.

Sobre esta versión
La idea central de esta versión parte del concepto de deconstrucción del texto dramático, para llegar a sus unidades mínimas. Eliminar lo aleatorio y concentrarse en el centro del drama, que bien podría considerarse un grotesco. Un continum donde la fatalidad, la miseria y la muerte están matizadas por curiosas escenas paródicas no exentas de humor ácido y hasta cruel.
Es versión cambia el marco escénico con el sentido de acrecentar aún más la contradicción del drama y llevar la representación a un juego de teatro dentro del teatro. Dos hombres que viven en la calle, refugiados ocasionalmente en un subterráneo, ofrece a los transeúntes un espectáculo sobre un hombre rico que devino en pobre; un hombre miserable que devino, merced a la pérdida y el dolor, en hombre santo.
¿Esos seres marginados cuentan su propia historia? Podría ser. Esos seres marginados –refugiados en un submundo invadido por ruidos metálicos-, con una forzada simpatía intentan ganar el favor del público (de ellos viven, estos personajes, y los propios actores ¿son actores haciendo de marginales o son marginales haciendo de actores? Son actores haciendo el papel de marginados que a su vez cumplen el rol de actores en una vuelta dialéctica de extraña resolución). Con un vestuario que contienen una marca decididamente clownesca, anuncian y representan el drama del protagonista de He visto a Dios, de Defilippis Novoa, y proponen fracturas permanentes donde ambos seres, los Clowns, salen y entran en sus papeles en un proceso de construcción a vista del público. Este proceso implica crear la magia mostrando los hilos del mago, mientras el drama crece.
Esta versión recupera los pasajes centrales de una obra con una estructura dramática perfecta y personajes sutilmente delineados sobre una temática (inmigración, sacrificios y mezquindades, la vida fácil y la muerte prematura) que se muestra totalmente vigente aúncuando el color de los personajes aparezca fuera de tono en un mundo que ha cambiado radicalmente desde aquellos años 20, cuando que el autor imaginó la acción.
Esta versión recupera y acentúa el humor a veces ácido y otras, ingenuo. E intenta replantear el debate que instalan los personajes, sobre un Dios que premia y castiga, y que a veces, envía mensajes incomprensibles a los hombres. O tan claros, que la mezquindad humana intenta difuminar.








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